Inmigrantes africanos son vendidos abiertamente en mercados de esclavos en Libia

Centenares de inmigrantes están siendo comprados y vendidos abiertamente en modernos “mercados de esclavos” en Libia, han relatado a la agencia de migración de la ONU (OIM) unos supervivientes, que han señalado que esta es una de “una larga lista de atropellos” que sufren en ese país. La Corte Penal Internacional está considerando la posibilidad de abrir una investigación.

Pésimas condiciones de vida en un centro de detención de Libia. (Foto: IOM)

Baher Kamal

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha hecho sonar la voz de alarma después de que su personal en Níger y Libia haya recogido, durante el fin de semana pasado, impactantes testimonios de víctimas del tráfico de esclavos de varios países africanos, como Nigeria, Ghana y Gambia. Así se han referido a “mercados de esclavos” que atormentan a centenares de jóvenes africanos con destino a Libia.

Empleados de la oficina de la OIM en Níger han informado del rescate de un emigrante senegalés que esta semana fue devuelto a su casa después de haber permanecido cautivo varios meses.

Según el testimonio de un joven, añadió la agencia de la ONU, que viajó hacia el norte a través del Sáhara, llegó a Agadez (Níger), donde le dijeron que tenía que pagar unos 320 dólares si quería seguir hacia Libia.

Un traficante le proporcionó alojamiento hasta el día de su partida, que se realizó en camioneta, sigue diciendo la OIM. Pero cuando el vehículo llegó a Sabha, en el suroeste de Libia, el conductor insistió en que el traficante no le había pagado y que iba a llevar a los emigrantes a una zona de aparcamiento donde, según el testimonio del joven, había un mercado de esclavos.

«Los emigrantes subsaharianos estaban siendo vendidos y comprados por libios, con el apoyo de hombres ganeses y nigerianos que trabajaban para ellos», dice la OIM.

Una “larga lista de atropellos”

«Las últimas informaciones sobre los “mercados de esclavos” de emigrantes no son más una parte de una larga lista de atropellos» que están teniendo lugar en Libia, dice Mohamed Abdiker, director de operaciones y emergencias de la OIM. «La situación es grave. Cuanto más se compromete la OIM en Libia, más claro nos queda que es un valle de lágrimas para muchos emigrantes».

Abdiker añade que en los últimos meses, el personal de la OIM ha conseguido acceder a varios centros de detención, donde están tratando de mejorar las condiciones de reclusión.

«Lo que sabemos es que los emigrantes que caen en manos de los traficantes se enfrentan a una malnutrición sistemática, abusos sexuales e incluso la muerte. El año pasado, 14 emigrantes murieron en uno de estos centros en un solo mes, por enfermedades o desnutrición. Nos han dicho que hay fosas comunes en el desierto».

En lo que va de año, dice Abdiker, los guardacostas libios y otros han encontrado 171 cuerpos en las costas mediterráneas, seguramente por naufragios. La guardia costera ha rescatado a miles más.

Vendidos en plazas y garajes

«Los emigrantes que van a Libia para luego trasladarse a Europa no tienen ni idea del archipiélago de torturas que les espera en la frontera», dice Leonard Doyle, portavoz de la OIM en Ginebra. «Se han convertido en mercancías que pueden ser compradas, vendidas y desechadas cuando han perdido su valor».

Muchos explican que son vendidos «en las plazas o garajes» por los habitantes de Sabha, una ciudad del suroeste de Libia, o por los conductores que les han transportado a través del Sáhara.

«Para conseguir que las informaciones de estos hechos salgan de África, estamos grabando los testimonios de los emigrantes que los han sufrido y los difundimos por las redes sociales y las radios locales. Lamentablemente, los mensajeros más creíbles son emigrantes que vuelven a su hogar con la ayuda de la OIM. Frecuentemente, son personas que han sufrido la violencia física y sexual. Sus voces tienen más peso que cualesquiera otras», añade Doyle.
Un joven refugiado sursudanés está siendo transportado al Centro de Recepción de Imvepi, en el norte de Uganda. (Foto: ACNUR / David Azia)

Hasta el momento, el número de llegadas de inmigrantes mediterráneos este año se acerca a las 50.000, habiéndose producido 1.309 muertes, según la OIM.

La OIM se creó a partir de la Segunda Guerra Mundial, hace 65 años. En un continente europeo destrozado por la guerra, ningún gobierno podía ayudar por sí solo a los supervivientes que tan solo querían una oportunidad para rehacer sus vidas en libertad y con dignidad. La primera misión de la OIM fue reasentar a estos refugiados durante el periodo de la posguerra.

La Corte Penal Internacional debería investigar

A la vista de estas informaciones, la fiscal general de la Corte Penal Internacional (CPI) dijo el 8 de mayo ante el Consejo de Seguridad de la ONU que su oficina estaba considerando llevar a cabo una investigación sobre los supuestos delitos relacionados con los emigrantes cometidos en Libia, incluyendo el tráfico de esclavos.

«Mi oficina sigue recogiendo y analizando informaciones relacionadas con serios y extendidos delitos supuestamente cometidos contra emigrantes que tratan de atravesar Libia», dijo Fatou Bensouda durante una reunión del Consejo de Seguridad sobre la situación del país del norte de África.

«Estoy especialmente consternada por relatos dignos de crédito que indican que Libia se ha convertido en un mercado para el tráfico de seres humanos», añadió antes de observar que su oficina «está examinando cuidadosamente la viabilidad» de abrir una investigación sobre los delitos relacionados con emigrantes en Libia si se cumplen los requisitos jurisdiccionales de la Corte.
Arriesgando sus vidas para llegar a Europa desde el norte de África, un bote cargado de personas, algunas de ellas probablemente necesitadas de protección internacional, es rescatado en el Mediterráneo por la marina italiana. (Foto: ACNUR / A. D’Amato)

‘Horrendos abusos’ a manos de los traficantes

Mientras tanto, una persona de cada 35 que tratan de cruzar el mar Mediterráneo entre África e Italia en 2017 ha muerto en las aguas profundas de este mar, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que ha pedido la puesta en marcha de «alternativas viables a estas peligrosas travesías de personas que necesitan protección internacional».

«Salvar vidas debe ser la máxima prioridad para todos y, a la luz del reciente aumento de llegadas, exhorto a redoblar los esfuerzos para rescatar a las personas que se embarcan en esta peligrosa ruta», ha dicho Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.

El Mediterráneo Central —que es utilizado por los traficantes para trasladar personas desde Libia a Italia— es particularmente mortífero. Aproximadamente 1.150 personas han desaparecido o muerto en él en 2017.

En respuesta a las últimas informaciones de los equipos de la ACNUR, Grandi ha dicho que está «profundamente afectado por la violencia utilizada por algunos traficantes».

Mientras que la ruta central del Mediterráneo ha seguido siendo especialmente peligrosa este año, ya en 2016 la ONU registró más muertes en esa zona que nunca antes.

Las principales causas de los naufragios, según la ACNUR, son el creciente número de pasajeros a bordo de los botes empleados por los traficantes, la mala calidad de esos botes y el creciente uso de botes inflables en lugar de las pateras.



Baher Kamal es periodista hispano-egipcio, fundador y editor de Human Wrongs Watch.

Fuente: African Migrants Bought and Sold Openly in ‘Slave Markets’ in Libya, Human Wrongs Watch, 9/05/2017

Traducción: Javier Villate (@bouleusis)

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