Médicos suecos denuncian el documental de los Cascos Blancos

Un examen de un vídeo de Cascos Blancos, realizado por médicos suecos, especialistas en varios campos, incluyendo pediatría, ha revelado que los métodos para salvar vidas vistos en la película son incorrectos —en realidad, amenazan la vida— o simplemente falsos, incluyendo las técnicas de reanimación que se utilizan con niños ya muertos.





Prof. Marcello Ferrada de Noli
Presidente de SWEDHR, Profesores y Médicos Suecos por los Derechos Humanos

El supuesto ataque de Sarmin


Ha habido una reciente e intensa campaña de publicidad que ha capitalizado el Óscar al mejor documental, que se ha concedido a la OTAN y a una organización financiada por estados del Golfo, los Cascos Blancos, así como a los productores del documental, Netflix.[1] Los Cascos Blancos habían ganado anteriormente el Premio Nobel Alternativo, otorgado en Suecia en 2016.[2] Estos premios han determinado que los ficticios vídeos “que salvan vidas de niños” de Cascos Blancos hayan estado circulando por las redes sociales y los medios de comunicación corporativos, una gran operación de relaciones públicas para los patrocinadores de esta controvertida organización.

Como parte central de esta campaña de relaciones públicas y justo antes de la ceremonia de entrega de los Óscars, el Observatorio de Derechos Humanos (HRW) publicó un informe “retrospectivo” el 13 de febrero de 2017, que daba cuenta de falsos ataques químicos contra la recientemente liberada ciudad de Alepo. Esta conocida propaganda de HRW reciclaba un informe anterior de abril de 2015 en el que se detallaba un supuesto ataque con gas de cloro en Sarmin, Idlib.[3]

Los vídeos de las secuelas de este ataque fueron proporcionados, en su momento, por nada menos que los Cascos Blancos, que incluye el macabro vídeo subido por esta ONG a YouTube el 15 de marzo de 2015.[4]



Obsesiva "denuncia" de Kenneth Roth de ataques con gas de cloro no verificados y supuestamente efectuados por el gobierno sirio contra su propio pueblo.






Kenneth Roth ha librado una larga campaña en favor de intervenir militarmente en Siria y del establecimiento de una zona de exclusión aérea, una auténtica declaración de guerra.



El informe sobre el “ataque de Sarmin” publicado por HRW en abril de 2015 es, en sí mismo, una notable proeza de ingeniería de pruebas. HRW se refiere a dos testigos (anónimos “residentes de Sarmin”) que declaran haber “oído” helicópteros “poco antes del ataque”. Los oyeron pero no los vieron. Los dos testigos declaran, también, “no haber oído explosiones”. En todo el informe de HRW no se habla de que se haya visto un helicóptero, cuya existencia sería un elemento esencial en los testimonios de los Cascos Blancos, acríticamente reproducidos por HRW y nunca cuestionados por la ONU.

Uno de los testigos claves citado por HRW en su informe de abril de 2015 es un miembro de los Cascos Blancos llamado Leith Fares.[5] Dice el informe:

Leith Fares, un voluntario de rescate de la Defensa Civil Siria, dijo al Observatorio de Derechos Humanos: “Un helicóptero siempre deja caer dos barriles. (…) Al principio éramos realmente felices. Normalmente es una buena noticia cuando no hay una explosión”.

Un elemento realmente peculiar de los vídeos de los Cascos Blancos sobre este supuesto ataque es que no filman ningún disparo externo del ataque, a pesar de que dicen que estaban en el lugar, pues “oyeron” a los helicópteros.

El único material audiovisual es de un espacio interior cerrado, carente de información contextual que demuestre que estaban en Siria o de que acababa de producirse un ataque. El lugar parece ser una improvisada sala de emergencias de un hospital. “Voluntarios de rescate” de los Cascos Blancos entran y salen trasladando los cuerpos sin vida de tres niños. Los cuerpos desnudos de estos niños no tienen heridas visibles y no responden cuando varios “médicos” realizan todo tipo de “primeros auxilios”, en un azaroso intento de resucitar a estos niños.

“Una escena macabra”


Para obtener opiniones clínicas cualificadas, envié el vídeo a eminentes especialistas suecos. Hice hincapié en que debía prestarse especial atención al procedimiento de jeringuilla con aguja (aparentemente inyección intracardíaca) aplicado a uno de los niños, tal como se ve en la captura de pantalla del vídeo a continuación:



El Dr. Leif Elinder, un conocido médico sueco, autor y especialista en pediatría, me respondió con estas palabras:[6]

Después de examinar el material del vídeo, considero que las medidas aplicadas a esos niños, algunos de ellos sin vida, son extrañas, no son médicas, no son para salvar vidas e incluso son contraproducentes para la conservación de las vidas de los niños.

Además, he recibido un detallado análisis médico de la Dra. Lena Oske, especialista en medicina general. En su análisis, la Dra. Oske se refiere a la presunta inyección de adrenalina que se ve en el vídeo de los Cascos Blancos (extracto de la foto de arriba). En su opinión, el procedimiento adoptado en el vídeo es inadecuado e incorrecto. Además, se refiere a la valoración de un colega que había exclamado: “Si no estaba ya muerto, ¡esta inyección habría matado al niño!”.

Extractos de la opinión de la Dra. Lena Oske:[7]

La inyección intracutánea de adrenalina puede ser utilizada si otras medidas de reanimación han fallado. Especialmente en circunstancias precarias —tales como situaciones de emergencia sobre el terreno—, donde métodos más seguros de administración de medicamentos (por ejemplo, endotraqueales, intravenosos o intraóseos) podrían ser complicados o no estar disponibles. Pero no en la forma en que se muestra en el vídeo.

Para realizar la inyección, hay que interrumpir la reanimación cardiopulmonar (RCP) y luego ser reanudada inmediatamente. Esto no es lo que se hace en el vídeo.

Y refiriéndose al procedimiento médico correcto, la especialista sueca añade:

La técnica es sencilla. Una aguja larga, una jeringuilla con 1 mg de adrenalina, encontrar el cuarto o quinto espacio intercostal e insertar la aguja justo al lado del esternón, al lado izquierdo, introducir el medicamento después de comprobar que estás en la posición correcta (aspiración de sangre y sin resistencia), sacar la aguja e inmediatamente reanudar la RCP. Por tanto, el médico que escribió el comentario “si no estaba ya muerto, esta inyección habría matado al niño” tenía razón. ¡Qué escena más macabra! Y qué triste.

(Los dos colegas, los doctores Leif Elinder y Lena Oske, son miembros veteranos de SWEDHR y, en nombre de la junta de la organización, apoyo plenamente las declaraciones de los dos.)

Los vínculos de los Cascos Blancos con Al Qaeda en Siria


Es también importante destacar que los llamados Cascos Blancos, que se han otorgado a sí mismos el título de “Defensa Civil Siria”, son en realidad una imitación fraudulenta de la verdadera Defensa Civil Siria, establecida en el país —y no en Turquía— en 1953 y es la única Defensa Civil Siria oficialmente reconocida como tal por la Organización Internacional de Defensa Civil, afiliada a la ONU, con sede en Ginebra.

Este proyecto de construcción de un estado en la sombra, apoyado por EEUU y Reino Unido, ha sido extensamente investigado en el destacado trabajo de la periodista independiente Vanessa Beeley.[8] La auténtica Defensa Civil Siria da servicio al 80 por ciento de la población siria dentro del país, que vive bajo la protección del estado sirio en los territorios controlados por el gobierno.

Por el contrario, los Cascos Blancos operan exclusivamente en áreas controladas por los terroristas del Frente Al Nusra y de ISIS y, por consiguiente, prestan servicio a menos del 20 por ciento de la población civil siria, tomando en cuenta el gran número de mercenarios y militantes extranjeros que también ocupan esas áreas. Además, estas áreas controladas por extremistas “moderados” se están reduciendo continuamente a medida que las fuerzas armadas sirias y sus aliados reconquistan inexorablemente el territorio nacional de Siria y lo liberan de las garras del terrorismo financiado desde el extranjero. Cuando los grupos terroristas son expulsados fuera de las áreas liberadas, como ha sido el caso de la zona oriental de Alepo, los Cascos Blancos también se van.

Los vínculos de los Cascos Blancos con varios grupos terroristas están ampliamente documentados. Hay informaciones verificadas sobre uno de los más destacados líderes de los Cascos Blancos, Mustafá al Hach Yusef, en Jan Sheijún, Idlib, a donde han huido muchos de los terroristas de Alepo Oriental y su “defensa civil”.[9] Estas informaciones dan cuenta de las declaraciones de lealtad de Yusef hacia varios grupos extremistas, como Ahrar al Sham, responsable de muchas de las operaciones de limpieza étnica que han tenido lugar en Siria. Yusef ha pedido abiertamente el bombardeo de civiles en Damasco durante las elecciones de 2014. Ha defendido el robo, el saqueo y los castigos sectarios y el asesinato en ciertas circunstancias. Imaginen a un empleado de la Cruz Roja haciendo este tipo de llamamientos y podrán entender lo extraordinario que es este comportamiento de una ONG humanitaria, supuestamente “neutral, apolítica e imparcial”, ganadora de un Óscar.

La militancia y el comportamiento de Yusef no son una excepción, ya que la mayoría de los Cascos Blancos han mostrado las mismas lealtades ideológicas a los grupos armados extremistas en Siria.

Un teatro de lo macabro


La escena final de este “drama” ha sido la sesión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU, donde el vídeo de los Cascos Blancos ocupó el centro del escenario en una actuación de la exembajadora de EEUU ante la ONU, Samantha Power.

Como era de esperar, las impactantes escenas de cuerpos de niños sin vida siendo crudamente manipuladas y combinadas con las intervenciones teatrales y mal disimuladas de “primeros auxilios” —tal como se muestran en el vídeo de los Cascos Blancos— afectaron emocionalmente a los decisores de la ONU. En palabras de Samantha Power:

No vi a nadie sin lágrimas en la reunión. Si había algún ojo seco, no lo vi.[10]

Lamentablemente, los funcionarios de la ONU estaban tan ensimismados con la representación macabra que acababan de ver que no se pararon a pedir una traducción de las diferentes instrucciones que los “médicos” daban en el vídeo. Un elemento fundamental de cualquier proceso de investigación debe ser aclarar el contexto, sobre todo cuando los resultados pueden precipitar un aterrador conflicto entre EEUU y Rusia en suelo sirio.

SWEDHR se tomó el tiempo para traducir el diálogo del vídeo de los Cascos Blancos. En el minuto 1:16, el médico que viste una bata de color verde claro y un jersey gris y negro dice:

Incluid en la imagen (se supone que se refiere a la película o a los montadores) a la madre, que debe estar abajo y los niños encima de ella, ¿eh? Asegúrense de que la madre esté debajo.

Si el vídeo hubiera sido subtitulado, quizá los funcionarios de la ONU podrían haber preguntado sobre la puesta en escena de un evento que, se supone, era caótico, angustioso y estresante. Tal vez les habría parecido extraño que, en medio de un “ataque químico”, uno de los médicos que trataba de salvar las vidas de tres niños sirios estuviera preocupado por la posición de sus cuerpos ante la cámara.

Objetivo: zona de exclusión aérea


La exhibición del vídeo de los Cascos Blancos en el Consejo de Seguridad de la ONU coincidió con un llamamiento internacional para crear una zona de exclusión aérea por parte de la OTAN y el estado del Golfo que financia a los grupos “rebeldes moderados” y a los terroristas que dependen de los Cascos Blancos para su defensa civil. Esta campaña internacional en favor de una zona de exclusión aérea alcanzó su punto más alto a partir de las lágrimas del Consejo de Seguridad y fue apoyada, incluso, por los medios de comunicación suecos.[11]

En una información posterior del Canal 4 sobre los supuestos ataques con gas de cloro en Sarmin, durante el cual se difundió un breve y aseado segmento del vídeo de los Cascos Blancos, Samantha Power dijo:

Este documento que registramos ahora será utilizado en algún momento en un tribunal de justicia, y los autores de este crimen deben tener esto en mente.[12]

Además de los llamamientos al establecimiento de una zona de exclusión aérea y de “zonas de seguridad”, no debe pasarse por alto que todas las dudosas y defectuosas informaciones procedentes de los Cascos Blancos están siendo difundidas por los medios y utilizadas, también, para justificar la continuación de las sanciones contra Siria promovidas por Estados Unidos. Según un informe interno de la ONU filtrado en 2016,[13] las sanciones económicas de EEUU y la Unión Europea contra Siria están causando “un gran sufrimiento entre los sirios” e impiden proporcionar la ayuda humanitaria fundamental.

Conclusión


Los representantes de la ONU no pudieron contener las lágrimas por el espectáculo que les presentaron los Cascos Blancos. Una respuesta apropiada para la actuación de magia negra de los Cascos Blancos, cuyos talentos interpretativos les han promocionado hasta la alfombra roja de Hollywood. En un mundo sensato, el abuso propagandístico de niños, explotados como objetos de propaganda en una guerra que, inevitablemente, matará a más niños, debería llevar a los Cascos Blancos ante los tribunales y condenar a sus patrocinadores en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

En cuanto a las amenazas de Samantha Power, repetidas por sus organizaciones de derechos humanos títeres, controladas por elites corporativas occidentales, me gustaría decir que la guerra de Siria comenzó cuando EEUU y los estados de la OTAN, en una infame alianza con las tiranías del Golfo, financiaron, entrenaron y armaron a las fuerzas extremistas “moderadas” que, desde entonces, han invadido y aterrorizado al estado sirio y a su pueblo, que se ha mantenido firme junto a su gobierno electo contra la propaganda del cambio de régimen y la intervención militar subcontratada.

Cuando la corte internacional para los crímenes de guerra siente en el banquillo de los acusados a los indecentes promotores de la guerra, serán condenados y declarados culpables de crímenes abominables contra la humanidad por la gente decente de este mundo.

Fuente: White Helmets Video: Swedish Doctors Denounce Medical Malpractice and ‘Misuse’ of Children for Propaganda Purposes | SWEDHR Research & Reports, 6/03/2017

Traducción: Javier Villate (@bouleusis)



  1. La nominación realizada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas tuvo lugar el 27 de enero de 2017. La decisión para conceder el galardón fue tomada el 26 de febrero. El informe del Observatorio de Derechos Humanos que sostiene las alegaciones no probadas de los Cascos Blancos contra el gobierno de Siria fue publicado el 13 de febrero de 2017, justo entre la nominación y la decisión de premiar a la película de Cascos Blancos.  ↩
  2. M. Ferrada de Noli, Why Is Sweden Giving the “Alternative Nobel Prize” to Syria’s ‘White Helmets’?”, The Indicter Magazine, 25 de noviembre de 2016.  ↩
  3. Syria: Chemicals Used in Idlib Attacks, HRW, 13 de abril de 2015.  ↩
  4. الدفاع المدني ادلب_سرمين:محاولة لأنقاذ الأطفال بعد اصابتهم بالغاز الكيماوي 26_3_2015, subido por Defensa Civil Siria, de Idlib, y publicado en YouTube el 16 de marzo de 2015.  ↩
  5. Leith (o Laith) Fares es un personaje que encontramos reiteradamente en las noticias árabes y occidentales realizando declaraciones, en diversos lugares de Siria, para periodistas occidentales. En el informe de HRW, se dice que Fares estuvo presente en el supuesto ataque de Sarmin; en Arab News se dice que Fares es “un voluntario de rescate en Ariha” y que “dijo a la AFP que su equipo había sacado al menos a 20 personas heridas de los escombros”. ‘Laith Fares’ tiene también una cuenta en YouTube con vídeos de propaganda antisiria y en nombre de los Cascos Blancos.  ↩
  6. Comunicación por correo electrónico del Dr. Leif Elinder, 4 de marzo de 2017.  ↩
  7. Comunicación por correo electrónico de la Dra. Lena Oske, 4 de marzo de 2017.  ↩
  8. Vanessa Beeley, “The REAL Syria Civil Defence Exposes Fake ‘White Helmets’ as Terrorist-Linked Imposters”, 21st Century Wire, 23 de septiembre de 2016.  ↩
  9. Vanessa Beeley, ‘President’ Raed Saleh’s Terrorist Connections within White Helmet Leadership, 21st Century Wire, 10 de diciembre de 2016.  ↩
  10. Nick Logan, “UN officials in tears watching video from alleged chlorine attack in Syria”, Global News, 17 de abril de 2017.  ↩
  11. Véase el vídeo “Sweden’s elites endorse H. Clinton No Fly Zone War with Russia and Syria”, The Indicter Channel, YouTube, publicado el 22 de noviembre de 2016.  ↩
  12. Citado en “UN tears over Syria chlorine attack video”, Channel 4 News, YouTube, publicado el 17 de abril de 2015.  ↩
  13. Patrick Cockburn, US and EU sanctions are ruining ordinary Syrians’ lives, yet Bashar al-Assad hangs on to power, The Independent (Reino Unido), octubre de 2016.  ↩


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