La guerra silenciosa de Israel contra Irán

Derek Bolton

Publicado originalmente en: Israel's Quiet War with Iran, Foreign Policy in Focus, 22/11/2011



La publicación del informe del OIEA que dice presentar evidencias "creíbles" de los esfuerzos iraníes por desarrollar armas nucleares ha sido utilizado por el ministerio de Defensa israelí. El titular de la cartera, Ehud Barak, ha tratado de conseguir apoyos para atacar militarmente a Irán, razón por la cual muchos han especulado que la acción israelí podría ser inminente.

Sin embargo, estas especulaciones no tienen en cuenta el hecho de que Israel ya está librando una guerra encubierta contra el programa nuclear de Irán desde hace casi una década, por medio de su servicio de inteligencia, Mossad. El único cambio que se ha producido en los últimos meses es que estas actividades clandestinas se han vuelto, poco a poco, más abiertas.

El legado de Dagan


Las actividades del Mossad en Irán se remontan al encumbramiento de Meir Dagan como director de la organización. El entonces primer ministro israelí Ariel Sharon promovió a Dagan en 2001 para que renovara y revitalizara una organización vacilante, después de serios reveses en los años 80 y 90. Dagan había demostrado su destreza y crueldad como líder de un grupo de trabajo cuya misión era desarrollar actividades encubiertas destinadas a desestabilizar y luchar contra la financiación terrorista en los territorios palestinos. Así, pues, Sharon quiso utilizar a Dagan para forjar un "Mossad con un cuchillo entre los dientes".

Dagan renovó el enfoque del Mossad casi de forma inmediata. "La lista debe ser corta", dijo. "Si seguimos pretendiendo hacerlo todo, al final no haremos nada". Desde entonces, el Mossad concentró sus actividades casi exclusivamente en Irán. Como el mismo Dagan prometió, "déjenme ocuparme de Irán a mi manera. Con el tiempo, prometo darles elementos de disuasión".

A pesar del escepticismo que Dagan ha expresado desde que dejó el cargo sobre la conveniencia de un ataque militar abierto contra Irán, la década que ha pasado desde su nombramiento ha conocido un marcado incremento de lo que parecen ser operaciones encubiertas del Mossad contra el programa nuclear iraní. El autor y periodista Ronan Bergam ha detallado "la desaparición de un científico nuclear iraní, el choque de dos aviones que transportaban material relacionado con el proyecto, y dos laboratorios que estallaron en llamas" entre las numerosas y misteriosas desgracias que ha sufrido el programa nuclear iraní en los últimos años. Y en 2005, Irán creó Oghabz, una agencia de contraespionaje nuclear, en un tácito reconocimiento del papel que está jugando el Mossad en esas desventuras.

Sabotajes y asesinatos


El Mossad parece haber emprendido dos caminos distintos para hacer frente a Irán: el sabotaje industrial y los asesinatos selectivos. Para llevar a cabo lo primero, el Mossad ha establecido una serie de sociedades ficticias que venden componentes defectuosos o documentos técnicos que contienen errores, ambos solicitados por Irán. Por ejemplo, en abril de 2006, las instalaciones de Natanz sufrieron una explosión causada por dispositivos eléctricos defectuosos comprados a una de esas compañías en Europa, lo que ocasionó la destrucción de 50 centrifugadoras.

El Mossad también ha llevado a cabo una guerra cibernética. En un comunicado de prensa el 29 de noviembre de 2010, el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad admitió por primera vez que el programa nuclear de Irán había sido temporalmente interrumpido por un gusano informático conocido como Stuxnet, el cual provocó un funcionamiento defectuoso de varias centrifugadoras. Aunque Ahmadineyad había tomado nota de los incidentes previos, este fue el primer caso en el que atribuyó públicamente el percance a un acto de sabotaje.

Además de las instalaciones nucleares, también los científicos nucleares iraníes han sido objeto de amenazas y asesinatos de los agentes del Mossad. Según el analista de temas de espionaje Reva Bhalla, hay "sólidos indicios" de que fue el Mossad quien asesinó al destacado físico nuclear iraní Ardeshir Hassanpur en enero de 2007. Hassanpur, que había sido un miembro crucial del equipo de enriquecimiento de uranio del país, murió asfixiado por emanaciones de gases emitidos por una chimenea rota. Aunque oficialmente se dijo que la muerte del científico fue accidental, en el seno de la comunidad de inteligencia se ha aceptado ampliamente que el Mossad estuvo detrás de la misma.

Sin embargo, el mayor revés que ha sufrido el programa nuclear iraní tuvo lugar a finales de 2010, con el intento de asesinato de dos de los científicos más destacados del programa. El 29 de noviembre de 2010, atacantes no identificados llevaron a cabo simultáneamente dos atentados con bomba utilizando dispositivos magnéticos de control remoto colocados en sendos coches. Mayid Shahriani, que había dirigido un "importante proyecto" dentro del programa nuclear, resultó muerto, mientras que Fereydoon Abasi, que era considerado todavía más vital para el programa, resultó gravemente herido. Ambos científicos eran considerados cruciales para el programa nuclear, tal como reconoció un miembro del gobierno de EEUU, quien dijo que "los dos eran malas personas, y el trabajo que hacen es exactamente lo que se necesita para diseñar una bomba. Son científicos de alto nivel".

En honor a la verdad


Los atentados terroristas de 2010 son solo algunos de los incidentes más recientes de una cadena de atentados que han costado las vidas de al menos cinco científicos iraníes, incluyendo a Masud Ali Mohamadi, que fue asesinado en enero de 2010.

Ahmadineyad y la prensa iraní han condenado abiertamente al Mossad y a agentes occidentales como responsables de los asesinatos. "Los enemigos de la nación iraní", dijo Ahmadineyad, "que han perdido toda esperanza en sus presiones y sanciones, han recurrido una vez más, en vísperas de las negociaciones con Irán, al terrorismo ciego para poder avanzar sus ilegítimas y opresivas demandas contra la nación iraní".

Aunque el Mossad no ha reivindicado abiertamente la autoría de los atentados, el silencio de la organización sobre el tema parece ser una admisión tácita de su responsabilidad en los mismos. No sería descabellado hacer parecidas presunciones sobre la reciente explosión acaecida en una base de misiles cercana a Teherán, que mató a 17 personas, incluyendo al supuesto "arquitecto" del programa iraní de misiles, el general Hasan Moghadam.

La oleada más reciente de propuestas israelíes hostiles a Irán deberían ser vistas, por tanto, como una extensión natural de las políticas que Israel ha venido desarrollando desde hace años. Como plantean los halcones de Tel Aviv y reconocen los analistas, la cuestión no es si Israel atacará a Irán: ya lo viene haciendo.

Traducción: Javier Villate

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