Crece la resistenca noviolenta palestina

No es de ayer y, sin duda, han influido múltiples factores, como los exitosos esfuerzos de los israelíes para evitar los atentados de los terroristas suicidas palestinos. Pero el caso es que la resistencia palestina noviolenta está creciendo en los territorios ocupados.

Desde aquí conocemos algunos aspectos del conflicto israelo-palestino. Cada vez conocemos mejor algunas de las atrocidades israelíes, como la matanza y destrucción de la Franja de Gaza en el invierno de 2008-2009, o la masacre de la Flotilla de la Libertad, o la hipocresía de los dirigentes occidentales… Pero casi nadie sabe que los palestinos luchan todos los días de forma pacífica contra los atropellos y abusos de los israelíes en los territorios ocupados.

Decía que no es ayer porque habría que recordar la primera intifada o levantamiento de 1987, cuando todo el pueblo palestino salió a la calle contra la ocupación israelí y para lograr la ansiada libertad. En el peor de los casos, las armas israelíes, que dejaron gran cantidad de muertos y heridos, eran contestadas por las piedras de los más jóvenes.

Sus orígenes más recientes se encuentran en la lucha contra el muro del apartheid. En la pequeña localidad de Bilín, de unos 1.600 habitantes, muy cerca de Ramalá, donde tiene su sede la Autoridad Palestina, dieron inicio en abril de 2005 las movilizaciones contra el muro y la expansión de una colonia israelí cercana. El muro dejaba del lado israelí el 60 por ciento de las tierras de los agricultores palestinos. La lucha era una cuestión, pues, de vida o muerte. Y así fue cómo se adoptó la costumbre de convocar manifestaciones de protesta todos los viernes, que el ejército israelí ha venido reprimiendo sistemáticamente con gran brutalidad.



Muy pronto se sumaron a las manifestaciones ciudadanos israelíes solidarios y activistas extranjeros, con la esperanza de que su presencia inhibiera la violencia israelí. No fue así. Al contrario, la represión aumentó y se volvieron rutinarias las incursiones nocturnas de los soldados israelíes en el pueblo para efectuar redadas y atemorizar a los aldeanos. Hasta el momento, un muerto, un ciudadano norteamericano solidario en coma, muchos heridos y detenidos es el resultado de una represión que casi nunca está justificada, que se desata sin que medie provocación alguna, como se puede ver en gran cantidad de vídeos.

Los habitantes de Bilín también recurrieron una y otra vez a la Justicia israelí, hasta que, finalmente, el 7 de septiembre de 2007, la Corte Suprema ordenó al gobierno de Tel Aviv que modificara la ruta del muro, ya que era "altamente perjudicial" para sus habitantes. Además, la juez Dorit Beinish declaró que "no estamos convencidos de que construir el Muro en Bilín responda a motivos militares o de seguridad". Gracias a este fallo, los habitantes de Bilín han conseguido recuperar el 95 por ciento de las tierras y el derribo de parte del muro.
El realizador israelí Shai Carmel Pollack, activista contra el Muro, ha producido el documental "Bilin, My Love", que nos cuenta la historia de la lucha de Bilín.

Aunque la lucha de Bilín no puede exhibir importantes victorias (de momento, tan solo la victoria "moral" de un fallo judicial a su favor que no ha tenido repercusiones prácticas), su ejemplo ha cundido y se ha extendido por varios pueblos y ciudades de Cisjordania. Es el caso de At-Tuwani, Jayus, Al Jader, Nilín, las aldeas del sur de Belén y las del valle del Jordán. Luchan también contra el muro del apartheid, las demoliciones de casas o la confiscación de tierras para construir asentamientos israelíes. Algo parecido está sucediendo, también, en Silwan y otros barrios de Jerusalén Este, en protesta por los desalojos y demoliciones de casas.

En At-Tuwani, unos 250 campesinos y pastores palestinos se enfrentan pacíficamente, acompañados de activistas solidarios italianos, a las agresiones de 250 colonos israelíes y de las fuerzas israelíes de ocupación. El pueblo se encuentra literalmente sitiado, aislado del resto de Cisjordania, sin suministro eléctrico, con derribos arbitrarios de viviendas y con órdenes de demolición que penden sobre la escuela, la casa del alcalde y la mezquita. Mientras tanto, los colonos judíos levantan nuevas construcciones a escasos metros de las edificaciones palestinas. El ejército acosa constantemente a la población con incursiones nocturnas en las viviendas "por razones de seguridad" o en busca de supuestos bienes robados a los colonos, detienen a los palestinos por estar en "áreas prohibidas" y coordinan con los colonos los ataques contra los habitantes.

Este crecimiento de la lucha popular noviolenta ha sido percibida por los dirigentes políticos palestinos, que han acabado sumándose a las movilizaciones. Así lo están haciendo los dirigentes de Fatah, Hamas y otras organizaciones. Y es aquí donde estamos encontrando uno de los aspectos más beneficiosos de este método de lucha: en él se produce la unidad práctica de las organizaciones políticas rivales como las mencionadas. De hecho, la Autoridad Palestina ha intentado profundizar esta vía y ha ordenado el boicot a los productos de las colonias israelíes y ha prohibido a los palestinos que trabajen en dichas colonias.

Junto a las manifestaciones pacíficas, el boicot a los productos de las colonias y la lucha ante los tribunales, los palestinos están también utilizando la fuerza de las imágenes documentales. Cada vez son más los vídeos que se encuentran en internet y que documentan la lucha palestina, la brutal represión israelí y todo tipo de agresiones y abusos. Es el caso del conocido documental "Budrús".


La lucha noviolenta de Budrús contra el muro del apartheid ha sido llevada a las pantallas por Just Vision, una productora con sede en Jerusalén y Washington. Ha obtenido grandes éxitos en el Festival Internacional de Berlín y en el de Silverdocs, en Washington.

La resistencia pacífica también ha comenzado a extenderse en la Franja de Gaza. Su primera expresión fue una "cadena humana contra el asedio", en la que participaron decenas de miles de personas que unieron a lo largo de 36 kilómetros Rafá con Beit Hanoun. Desde entonces, el Comité Popular contra el Asedio ha lanzado numerosas actividades y actos de protesta con el fin de terminar con el bloqueo israelí.

Como he dicho anteriormente, estos movimientos pacíficos están teniendo la gran virtud de unir en la lucha a organizaciones políticas rivales como Fatah y Hamas, además del resto de grupos políticos palestinos. Lo que separan los intereses políticos partidistas lo unen los grupos de activistas de la sociedad civil. También han ofrecido un marco adecuado para que los israelíes expresen su solidaridad codo con codo con los palestinos, participando en manifestaciones y actuando como escudos humanos voluntarios en actos de protesta. Estos movimientos populares han sido también el origen de las diferentes campañas internacionales de solidaridad con el pueblo palestino. Campañas de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel, boicot académico y cultural contra Israel, Free Gaza ("Gaza Libre") contra el bloqueo de la franja palestina, etc.

Esta es una breve panorámica de la lucha del pueblo palestino, de los palestinos de las ciudades y los pueblos, los que se enfrentan en las calles y los campos al muro del apartheid, a las confiscaciones de tierras, a los desalojos y demoliciones de casas, al bloqueo israelí de Gaza, etc., como algo bien distinto de las pugnas y las maniobras de los dirigentes en oficinas y salones.

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